Una carroza fúnebre, también conocida como coche fúnebre, es un vehículo específicamente diseñado para trasladar un cuerpo en un féretro o ataúd. Sus primeros usos datan del siglo XVI en Inglaterra, lugar en el que la utilización de caballos era cotidiana. A partir de entonces, su uso y características han evolucionado. Aquí tienes su historia.
De carruajes a autos de lujo
Desde antes del nacimiento de Cristo, los cuerpos que se deseaba transportar eran colocados en carrozas adornadas con oro y tiradas por numerosos caballos. Al menos así lo indica el registro de Alejandro Magno en el año 323 a. C., cuando una espectacular carroza funeraria lo llevó de Babilonia a Macedonia.
El siglo XVI es el registro oficial del invento del carruaje fúnebre en Europa, que fue del inglés George Shillibeer. Posteriormente, la marca de vehículos Shillibeer´s Funeral Coaches se popularizó en toda Europa e incluso en la América del siglo XVII.
Los primeros carros funerarios eran tirados por caballos y surgieron debido a las distancias cada vez más grandes entre las viviendas y las iglesias. En la época de Shillibeer, también era común el uso de plumas de avestruz en la decoración de las carrozas.
Otra costumbre era elegir el color de los caballos según el sexo del fallecido.
- Para el caso de los hombres, se escogían caballos negros.
- En el caso de las mujeres y hombres solteros, los caballos eran blancos.
En 1907, comienza el uso del motor, cuando HD Ludlow construyó el primer vehículo motorizado. No fue hasta después de casi 20 años cuando se popularizó su uso para sustituir a los útiles y tradicionales caballos.
Todavía en los años treinta del siglo pasado, los coches funerarios pretendían emular a las carrozas victorianas y llevaban ornamentos como campanillas y faroles. Más adelante, hubo cambios para unir la cabina del conductor con la parte donde se encontraba el cuerpo, con la finalidad de reducir el peso del vehículo.
Después de la Segunda Guerra Mundial, el estilo de los coches fúnebres se vuelve más sobrio, sencillo y muy parecido a lo que se utiliza en la actualidad. El origen del cambio fue la reducción de costos como resultado del conflicto bélico.
Mercedes-Benz y Cadillac también empezaron a diseñar carros de lujo para la actividad funeraria y así se llegó a las grandes limusinas que se ven en la actualidad. No obstante, hubo otras marcas, como Daimler, Rolls-Royce, Buick, Studebaker o Peugeot, que también crearon su línea de autos fúnebres.
Usos y características
Las carrozas fúnebres son utilizadas únicamente por las empresas funerarias para desplazar un cuerpo desde el velatorio hasta el cementerio o el lugar de la cremación. Identificarás los vehículos funerarios rápidamente por su chasis alargado, estilo vagón, donde debe caber el féretro con los arreglos florales y algunos acompañantes.
En la parte delantera de la carroza fúnebre pueden viajar hasta dos personas, incluido el conductor. La parte trasera está equipada con armazones y seguros metálicos para fijar la caja y evitar los desplazamientos.
Los cristales pueden ser polarizados para que no se vea el interior, semipolarizados (con la visón reducida) o normales. Algunos coches fúnebres cuentan con bocinas, sirenas o campanas para ofrecer una mayor solemnidad al recorrido.
Estos transportes se consideran especiales porque dentro viaja el ataúd. Este debe estar aislado, en un entorno seguro y fácil de higienizar. Por tanto, el vagón funerario está acondicionado con un mecanismo complejo para introducir y extraer el cajón fácilmente. Este debe permanecer estable y bien sujeto.
Marcas más utilizadas
En estos días, existen diferentes modelos de carrozas. Suelen ser carros de lujo y, por tanto, están reacondicionados con marcas reconocidas como Cadillac, Lincoln, Jaguar, Opel, Mercedes-Benz, Ford, Chevrolet, Volvo, Dodge, Chrysler y Mazda.
Otro dato curioso es que ninguna marca de fabricantes de automóviles incluye en su catálogo a los carros fúnebres. Las marcas, simplemente, no desean ser asociadas a la muerte.
Pero es un hecho que estos coches se requieren y su uso se ha extendido considerablemente. Por esto, las marcas siguen diseñando distintos modelos, desde transportes monovolumen con un alto rendimiento hasta los ecorresponsables.
Homenaje de despedida
En la antigüedad, el transporte tuvo una condición sacra y de ceremonia. En la actualidad, más allá del culto, es una forma de despedida solemne y cariñosa; el último tributo al ser querido.
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