Entre las diversas decisiones que se deben tomar cuando se produce el fallecimiento de un ser querido, se encuentra la inhumación del cuerpo o realizar una cremación. Si el fallecido no dejó ninguna especificación al respecto, debes optar por una de las dos posibilidades. Es indispensable conocer en qué consiste cada una. Además, saber cuáles son sus ventajas y desventajas desde el punto de vista económico, práctico e incluso religioso.
Inhumar o cremar: dos alternativas muy distintas
Comencemos diferenciando la inhumación de la cremación. Inhumar los restos mortales consiste en enterrarlos. Mientras que la cremación implica reducirlos a cenizas, que quedan a disposición de la familia o los seres queridos del difunto.
En la cremación no existe descomposición del cuerpo, por lo que se trata de un proceso mucho más rápido, que no dura más que algunas horas. Por el contrario, luego de la inhumación la descomposición del cuerpo puede demorar entre una y cinco décadas. Dependerá de varios factores tales como la calidad y características de la urna funeraria o el tipo de suelo en el cual se llevó a cabo la inhumación.
Otra diferencia fundamental tiene que ver con el traslado y manipulación de los restos mortales. En el caso de la cremación, las cenizas se colocan en una urna que puede ser movilizada con facilidad por los familiares. Esto permite que sea resguardada en el ámbito privado. Otras opción es que las cenizas sean esparcidas en un lugar apropiado si el difunto así lo especificó o si los seres queridos lo consideran mejor. Por otra parte, el traslado del féretro al lugar de la inhumación debe ser realizado por una carroza fúnebre (generalmente a cargo de la empresa funeraria). Mientras que el proceso de enterramiento debe ser llevado a cabo por personal del cementerio. Las inhumaciones no pueden realizarse en lugares no autorizados, como casas o terrenos particulares, por lo que necesariamente deben llevarse a cabo en cementerios.
Ventajas y desventajas
La cremación suele ser más económica que la inhumación. Es también un proceso que resulta más higiénico en términos de la salud pública. No ocupa espacio ni requiere mantenimiento, como sí lo demanda una tumba o nicho. Es importante diferenciar la cremación actual, realizada en modernos hornos diseñados para tal fin, con otras prácticas de incineración de restos mortales que acontecieron en otros momentos del pasado. Los efectos ambientales de la cremación son mínimos. Los hornos modernos han evolucionado permitiendo que el proceso sea rápido y su impacto para el entorno muy bajo.
Otro aspecto que debes tener en cuenta es que la cremación anula toda posibilidad de obtener un análisis de ADN en el futuro. Tampoco será posible realizar ningún tipo de pericia o investigación. Este punto es importante sólo si las circunstancias de la muerte generan algún tipo de duda o cuestionamiento.
Desde el punto de vista religioso, las creencias mayoritarias de la actualidad suelen aceptar la cremación. No obstante, la preferencia se inclina por la inhumación, ya que se trata de una forma más tradicional de tratamiento de los restos mortales. Si el funeral se concluye con una cremación, el costo tiende a ser más bajo que el traslado a un cementerio. Por otra parte, las tumbas o nichos de los cementerios tienen un costo de mantenimiento y, con el correr del tiempo, muchas familias suelen optar por la cremación por no poder sostener el gasto fijo del cementerio.
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